La adopción es un acto generoso de amor de quienes se disponen a cuidar a personas que necesitan cariño y protección. Sin embargo, existen muchas dudas y preocupaciones en cuanto a la elección del niño, su herencia genética y su facilidad de inclusión en el nuevo hogar. Esas cuestiones necesitan responderse antes que los padres tomen una decisión tan importante como esta. A continuación, entienda cómo la Espiritualidad Ecuménica aporta relevantes contribuciones a este debate, esclareciendo y confortando a quienes se deciden por ese gesto tan generoso.
Lea a continuación las explicaciones de la ministra predicadora de la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo1 Paula Suelí, en una entrevista a la Super Red Buena Voluntad de Comunicación:
Antes de adoptar, ¿debemos preocuparnos con las “herencias” que el niño puede traer de sus padres biológicos?
Predicadora: No. Esas “herencias”, que eventualmente nos preocupan como características genéticas o casos en que la madre consumió drogas durante el embarazo y que el niño queda con secuelas graves, son circunstancias difíciles de enfrentar, pero nunca deben ser impedimentos, porque pueden vencerse cuando nosotros buscamos el Amparo Divino. Con él, tendremos mejores condiciones para buscar las providencias prácticas que esto implica, como el tratamiento médico adecuado y una educación que proteja al niño. Es esencial que recordemos siempre que la educación que nosotros le damos al niño desde la cuna y durante toda su vida es extremadamente definitiva sobre su actitud y su postura en el futuro. Y mucho más que el reflejo de sus padres biológicos, él será el reflejo de sus padres adoptivos, que lo crían y educan. ¿Cómo encontrar fuerzas para enfrentar algunos impedimentos? El Presidente Predicador de la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo, Paiva Netto, comparte con nosotros en su artículo “La fuerza de la oración”, lo que él hace en momentos desafiantes:
“En los momentos de dificultad, cuando parece que no hay salidas para ciertas cuestiones, recurro a la oración y encuentro fuerzas para el trabajo. Y no me he arrepentido, de seguir el lema del venerable San Benito (480-547): ‘Ora et labora’”.
"Orar y vigilar” fue lo que Jesús, el Cristo Ecuménico, el Divino Estadista, nos enseñó. Entonces, es esencial que hagamos nuestra parte. El amparo de Dios no nos falta y conseguimos vencer todos los desafíos. Ese Amor Divino grabado en el alma de las madres y de los padres, sean adoptivos o biológicos, es el amor capaz de superar cualquier dificultad.
¿Cómo los padres pueden lidiar con las diferencias entre las características biológicas y la reacción de la sociedad?
Predicadora: Necesitamos educar para que los niños no sean víctimas del prejuicio. Vivimos en una sociedad aún muy prejuiciosa. Es natural que existan grandes diferencias entre padres e hijos biológicos, cuánto más en las familias con hijos adoptados. Entonces, es necesario conversar con naturalidad sobre las diferencias y exaltar la belleza del niño. Cuando convivimos con las diferencias, nosotros aprendemos a valorarlas, pues todas tienen su valor. De esta forma, es importante enseñar desde temprano que lo que hace más bellas a las cosas es nuestra mirada. Quien enseñó esto fue Jesús en Su Evangelio, según San Mateo, 6:22: “Son los ojos la lámpara del cuerpo. Si tus ojos fueran buenos, todo tu cuerpo será luminoso”.
Si es así, debemos aprender primero y enseñar a los niños a ver la belleza, a percibir lo bueno que es, lo bonito que es, que seamos todos diferentes, porque esto nos hace aprender cosas nuevas. Esto nos hace comprender el mundo de formas diferentes, pues las diferencias están también en nuestras habilidades, vocaciones y afinidades. Si el niño no aprende a lidiar con esto desde temprano, puede no solo ser víctima del prejuicio, sino su propagador y nosotros no le deseamos esto a nadie. ¡Mucho menos a nuestros hijos! Es muy importante saber valorar a cada uno. Ese es el Espíritu del Ecumenismo2 que la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo nos enseña que va mucho más allá de las religiones: es amar cada singularidad, amar el bien que existe en todas las criaturas.
Envíe sus dudas y comentarios sobre este y otros temas del quehacer diario a la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo. ¡Permita que la Espiritualidad Ecuménica forme parte de su vida! Y si este contenido le hace bien a usted, ¡compártalo! También podrá tocar el corazón de muchas otras personas.
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1 Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo: También denominada Religión del Tercer Milenio y Religión del Amor Universal. Se trata de la Religión Ecuménica de Brasil y del mundo.
2 Ecumenismo: Lea sobre el tema en el artículo del escritor Paiva Netto “Los cuatro pilares del ecumenismo”, ofrecido por la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo.