Descubra lo que es la religiosidad y su relación con la espiritualidad del individuo.
El poeta la encuentra en las estrellas, la madre en las primeras palabras del hijo, la matemática en las fórmulas. Independientemente de la respuesta, lo que todos buscamos — conscientes o no — es una explicación para nuestra existencia, razones que puedan dar sentido a nuestras vidas.
El Ser Humano está dotado de espiritualidad/religiosidad, aunque sean variadas sus formas de manifestación, como afirma José de Paiva Netto, Presidente-Predicador de la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo1:
“El Hombre puede intentar, aunque en vano, destruir las religiones en la Tierra. Sin embargo jamás conseguirá extinguir la religiosidad que nace con él, aun cuando sea ateo”,
fragmento extraído de la obra literaria Directrices Espirituales de la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo, vol. I.
Tanto es así, que la relación del ser humano con lo divino, lo sagrado o lo espiritual es un rasgo que se presenta persistente en toda la historia.
Los fenómenos de orden natural, tales como la muerte, la vida, el equilibrio de la naturaleza son seguidos por explicaciones trascendentales en diferentes tiempos, como por ejemplo, la posibilidad de encuentro con nuestros antepasados.
No nos rige la casualidad, existe un propósito en los desafíos que enfrentamos y hay una energía universal que rige el cosmos.
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¿Qué es la religiosidad?
Sea ese orden del universo, que impulsó la propia evolución de la ciencia, sean los valores éticos y morales que pasaron a orientar la vida en sociedad, el hecho es que la religiosidad, como búsqueda de un sentido espiritual para la vida, contribuye al descubrimiento de nosotros mismos, de nuestra humanidad.
En este sentido, el desarrollo de la religiosidad no puede servir para justificar los rencores y las atrocidades humanas. Define el educador Paiva Netto:
“La religión, como sublimación del sentimiento, es para mejorar al Ser Humano, integrándolo en su Creador, por el ejercicio de la fraternidad y de la Justicia entre sus criaturas”. Si nos permitimos observar las más variadas tradiciones y filosofías, las que muchas veces denominamos de formas diferentes, corresponden en esencia a significados semejantes, comprendemos que “más fuertes son los factores que nos unen que la irreflexión que eventualmente nos separe”2.
Vale resaltar también otro aspecto que de igual modo señala los beneficios promovidos por el desarrollo de la religiosidad en la vida de las personas, por ejemplo investigaciones recientes comprueban que tener fe hace bien al cuerpo y a la mente, aumenta la posibilidad de éxito en tratamientos de salud, mejora las condiciones de calidad de vida y la sensación de felicidad.
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Que sepamos identificar por medio de la actitud solidaria de cada uno de nosotros, nuestra vocación para la práctica del Bien y que la Sabiduría Universal, que intuitivamente buscamos, se transforme en una fuerza capaz de promover la Paz y la armonía entre naciones, pueblos y civilizaciones.
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1 Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo: También denominada Religión del Tercer Milenio y Religión del Amor Universal. Se trata de la Religión Ecuménica de Brasil y del mundo.
2 En el 2000, Paiva Netto publicó esta reflexión de su autoría, en la revista Paz para el Milenio, traducida a 5 idiomas (inglés, español, esperanto, francés y portugués), dirigida a los participantes en la Conferencia Cumbre de la Paz Mundial para el Milenio, realizada en la sede de la Organización de las Naciones Unidas, en Nueva York.
Versión: Heriberto Fleitas
Revisión: Luci Teixeira