La Navidad y la invitación a la Vida Eterna
Navidad. En diferentes pueblos, la fecha trae la fuerza de su celebración y le invita a recordar lo que no puede quedarse olvidado: el nacimiento de Jesús. Es en este período que las familias se reúnen para agradecer, los amigos se encuentran para celebrar y otras tantas personas se juntan para expresar la solidaridad que poseen en sus corazones. ¿Qué bueno sería si este período durara más, no es cierto?
Históricamente, la existencia de Jesús cumplió un papel fundamental en el progreso humano, social y espiritual del mundo. La ampliación del concepto de Amor al prójimo que Él nos brindó, inserto en gestos valientes y justos, Lo definió como símbolo de una nueva era, como una idea amplia y pragmática de Ciudadanía¹.
Jesús y la vida eterna
Su existencia también marcó la inexistencia de la muerte y la eternidad de la Vida. Los relatos de la presencia de Jesús anteriores a Su nacimiento² y la superación de la muerte por la resurrección dieron al mundo una nueva perspectiva, la de la Vida Eterna:
“No se turbe vuestro corazón: creed en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre, hay muchas moradas. Si así no fuera, Yo os hubiera dicho a vosotros. Porque les voy a preparar lugar. Y cuando Yo fuera, volveré y os recibiréis para mí mismo, para que donde Yo esté, estéis vosotros también” (Evangelio de Jesús según San Juan 14: 1 a 3).
Esa ampliación del sentido de Vida, que debe ser vista por un prisma espiritual, desencadenó discusiones y dio inicio a nuevos estudios. Además de garantizarnos Su Regreso Triunfal, conforme las palabras de Jesús mencionadas arriba. En esas palabras, Cristo asume un compromiso Divino; establece con la Humanidad el pacto de amparo y Paz que Lo vuelve referencial de sabiduría y seguridad, especialmente en los tiempos de luchas y transformaciones. Al final, ¿qué certeza tenemos del mañana, a no ser la prometida por el Cristo Ecuménico, el Divino Estadista? El alcance del discurso profético, que habla a los Seres Humanos de un mañana más feliz transciende los límites culturales o de creencia.
Explica el periodista y escritor Paiva Netto, presidente-predicador de la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo3:
“La cuestión es que todos presagian algo profundamente marcado para sus existencias, en esta o en la Vida Eterna, en esta o en otra dimensión. Las culturas humanas, de las más diferentes formas, desde hace mucho presienten un acontecimiento supino que marcará la historia de este planeta. Para muchos se trata del glorioso retorno del Divino Jefe de la Humanidad. Como ya vimos, los cristianos esperan el Cristo; los hermanos judíos, a su vez, continúan anunciando, en breve, la tan esperada venida del Mesías; los budistas, al Señor Maytreia; el Islam, el Mahdi, y así sucesivamente. Es algo altamente místico y entrañado en el alma humana”4.
La Navidad y el Regreso Triunfal de Jesús
Al observar la trayectoria de Jesús, observamos que la postura más coherente (con Sus enseñanzas y ejemplos) que alguien puede adoptar, para prepararse para esos acontecimientos extraordinarios – que construyen el futuro que queremos –, es participando de ellos activamente y no solo contemplando las situaciones de forma pasiva. Es hacer de la Vida una oportunidad para el cambio de lo que está mal, contribuyendo y apresurando las transformaciones. Sí, cambiando la sociedad a partir de nosotros mismos; ¿por qué no? A final, hay mucho aun por lo que luchar. Infelizmente, el hambre, la miseria, la violencia en todas sus expresiones, la exclusión, la desigualdad y el prejuicio aun forman parte de nuestra realidad y deben molestarnos al punto de construir alternativas sanas para ese triste cuadro.
Y es por eso que la Navidad se convierte en una época tan propicia para tomar esa decisión. Encarnar los gestos de Solidaridad y de Amor vividos y ejemplificados por Jesús, para contribuir con una realidad más humana, justa y fraterna, es una invitación eficaz que debe ser aceptada por todos nosotros.
Así, estaremos preparándonos y contribuyendo para el cambio que queremos ver en la sociedad. Es como si el Cristo estuviera constantemente invitándonos a repetir la transformación que Él hizo de forma visible en Su época, y que nos impulsa a hacer en la actualidad.
“Somos nosotros, los Seres Humanos y Espirituales, el Quinto Evangelio a ser continuamente escrito; el Evangelio inacabado, pero vivo y actuante. Sí, estamos escribiendo esa BUENA NUEVA con nuestros propios actos de la Fe que Realiza, a fin de que nuestra vida sea una Revelación de Jesús, abierta a la mirada y a la apreciación de todos, sin necesidad de utilizar muchas palabras en la advertencia o en la prédica.”5
Esa es la fraterna y entusiasmada convocación que la Religión del Amor Fraterno ha hecho a los corazones desde la década de 1940: vivir la Navidad Permanente de Jesús, por lo tanto, seguir Sus Divinos ejemplos todos los días, para preparar los caminos de Su Regreso Triunfal.
Los jóvenes de la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo lo invitan a participar, también en este debate, sobre el último libro de la Santa Biblia, el Apocalipsis de Jesús. Escriba a: espanol@boavontade.com. Consulte también otros artículos del escritor Paiva Netto acerca de las profecías finales: www.paivanetto.com/es.
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1 Así define el presidente-predicador de la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo, Paiva Netto: “Jesús es, por encima de todo, una generosa y actualísima idea en marcha, que merece ser estudiada y vivida por todas las Almas antisectarias, liberadas de prejuicios y tabúes”. Entienda lo que proponemos cuando hablamos de Jesús, el Cristo Ecuménico, el Divino Estadista.
2 La narrativa del Evangelio de Jesús según San Juan, en el primer capítulo, se presenta, diferentemente de los Evangelios sinópticos (que narran el nacimiento y la genealogía terrena del Cristo), Su existencia Espiritual, estando desde el principio del Planeta Tierra entre nosotros: “En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio con Dios. Todas las cosas fueran hechas por Él, y nada de lo que se hizo fue hecho sin “El: Cristo Jesús” (Evangelio de Jesús según San Juan, 1:1 a 3).
3 Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo: También denominada Religión del Tercer Milenio y Religión del Amor Universal. Se trata de la Religión Ecuménica de Brasil y del mundo.
4 Extraído del artículo Jesús, el Cristo Ecuménico, y Su Regreso Triunfal, publicado en la revista ¡Jesús Está Llegando!, edición 109, 2010.
5 Fragmento proferido de improviso, en la Super Red Buena Voluntad de Radio, durante prédica ecuménica realizada el día 17 de enero de 1988 por Paiva Netto.
Versión: Heriberto Fleitas
Revisión: Luci Teixeira
