De los muchos eventos que Él predijo, Jesús, el Cristo Ecuménico, el Divino Estadista, dejó en su Evangelio una de las más impactantes profecías al tratar sobre "un solo Rebaño para un solo Pastor", lo que transformará benéficamente a la sociedad:
14 - Yo soy el Buen Pastor y conozco mis ovejas, y las mías me conocen,
15 - así como el Padre me conoce, y Yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.
16 - También tengo otras ovejas, que no son de este redil; a mí me conviene conducirlas. Ellas oirán mi voz. Entonces, habrá un solo Rebaño para un solo Pastor. (Buena Nueva, según San Juan, 10:14 al 16)
¿Quiénes son esas ovejas del versículo 14? Por la revelación Espiritual Evangélica que dice que en la fundación del planeta, el Verbo, Jesús, estaba con Dios y que todas las cosas por medio de Él fueron hechas, y nada de lo que ha sido hecho fue hecho sin Él: Jesucristo (San Juan 1:3), llegamos a la conclusión de que estas ovejas representan a toda la humanidad confiada por Dios al Cristo, para que Él la guíe. Así, Su solidaria influencia se aplica a todo lo que es producido por los seres humanos, como la organización de la sociedad, la familia, etc.
Mucho se ha dicho —y todavía hay mucho por hacer— acerca del respeto a las diversidades. En las conversaciones, debates, redes sociales, el tema siempre sale a la luz en diferentes formas: culturales, étnicas, religiosas, de género, políticas, filosóficas, etc. Por lo tanto, ¿qué es lo que Jesús —que conoce a Sus ovejas, y está atento a esa pluralidad— planea para la Tierra cuando dice que habrá un solo Rebaño para un solo Pastor?
Al analizar Su trayectoria en el Evangelio, vemos que el Profeta Divino fue el primero en valorar al ser humano en el cuidado de sus necesidades personales y sociales y en la promoción de sus cualidades superiores, los buenos valores que cada uno posee dentro de sí.
Dondequiera que iba, Él despertaba en todos las aptitudes para realizar el Bien y la superación de los desafíos, desde los más diversos y estigmatizados, a las figuras públicas de gran prestigio social. Al sanar, al levantar, al enseñar la Caridad, la tolerancia y la Justicia, el Cristo de Dios elevaba al individuo más allá de aquello que los distinguía ante los ojos prejuiciosos y limitados de la época.
El corazón de Jesús abraza a toda la Humanidad
Su ejemplo nos estimula a la consecución de los derechos humanos y espirituales, observando al individuo en forma completa: cuerpo y Espíritu (el sentimiento, el interior de los seres). Por lo tanto, las acciones de Paz del Divino Profeta nos preparan para vivir un ambiente fraterno y de cooperación, como conceptualiza el escritor José de Paiva Netto, Presidente Predicador de la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo1 en su artículo Es Urgente Reeducar, presentado a las Naciones Unidas, en varios idiomas, en el año 2000:
“Predicamos el Ecumenismo de los Corazones2, del buen sentimiento que es independiente de las diferencias comunes de la familia humana, donde las personas razonan de acuerdo a su propia madurez, con la amplitud de su saber o la falta de él. Aquel que nos convence de no perder tiempo con el odio y las disputas estériles, pero sí de tender la mano a los caídos, pues se conmueve ante el dolor, se quita la camisa para vestir al desnudo, contribuye con el bálsamo curador para ayudar a los que se encuentran enfermos, protege a los huérfanos y viudas, como lo enseña Jesús en el Evangelio, según San Mateo, 10:8. Quien entiende el alto sentido del Ecumenismo de los Corazones sabe que la Educación con Espiritualidad Ecuménica es fundamental para el progreso de los pueblos, porque el Ecumenismo es Educación abierta a la Paz, para fortalecer una nación (no para dominar a las demás); por lo tanto, el abrigo de un país y la supervivencia del planeta, que nos abriga como hijos, aunque no siempre de buen comportamiento”.
Vemos, entonces, el clima colectivo propuesto por Jesús, el cual, por ser el Cristo Ecuménico, el Divino Estadista, no habla de aprisionamiento ideológico, constreñimiento cultural, y tampoco de sumisión de los sectores de la sociedad al fanatismo que genera exclusiones (en el nombre de Dios o de la Ciencia, que nada tienen que ver con eso).
Y mucho menos Jesús se refiere a la despersonalización de quienes integran Su Rebaño. Por el contrario, el Amigo Celestial infunde, con su sentido de Fraternidad Ecuménica (sin fronteras), las propuestas de protección, Libertad, Igualdad del individuo, de Justicia Social, el amparo y la Paz, promoviendo nuestra firmeza de carácter en aquello que todos tenemos de mejor.
Es la forma propuesta por el Ecumenismo de la Religión del Tercer Milenio:
“Es necesario que vivamos la unidad en la diversidad para vencer la adversidad”,
conforme conceptualiza su Presidente Predicador. Y esas adversidades son viejas conocidas, el hambre, la desigualdad, la enfermedad, la desesperanza y la violencia, por ejemplo.
Por lo tanto, promover el Rebaño Ecuménico del que trata Jesús es una postura Solidaria para ser vivida en la familia, en la comunidad religiosa, en los grupos a los que pertenecemos, y también en los sectores que hacen funcionar a la sociedad, como afirma Paiva Netto, en su artículo El nada es el Todo:
“Al mundo el novísimo y amplio concepto del Rebaño Ecuménico de Jesús: cuando el Divino Jefe indicaba a Sus Apóstoles y Discípulos —simbolizados en la figura hierática de San Pedro— apacentar a Sus ovejas, no hablaba solamente de ovejas humanas. La Religión, la Ciencia, la Filosofía, la Educación, el Arte, el Deporte, la Política, la Economía, la vida doméstica, la vida pública y todo aquello que simboliza la Cultura Universal, en el Cielo y en la Tierra3, son ovejas del Rebaño de Jesús que deben ser apacentadas por Su Eterna Doctrina, fundamentada en Su Mandamiento Nuevo: ‘Amaos como Yo os he amado. Solamente así podréis ser reconocidos como mis discípulos’ (Evangelio, según San Juan, 13:34 y 35)”.
La Profecía se concreta en el Apocalipsis del Cristo
Alziro Zarur (1914-1979), recordado Proclamador de la Religión del Amor Universal y estudioso de las Sagradas Escrituras, afirmó el 1o de octubre de 1972, durante la Proclamación del Apocalipsis de Jesús, que la promesa del Cristo en el Evangelio se concreta en el último libro de la Santa Biblia, ¡que ya está formado en el Cielo!
Paiva Netto escribió sobre el tema en su libro Jesús, el Profeta Divino, 8a edición, pág. 52:
“¿No dijo Zarur que el Rebaño Ecuménico ya está formado ‘en el Apocalipsis que ustedes no entendieron’? Y es en el Cielo, que Juan Evangelista observa y relata, luego de describir el sellado de los 144 mil de Israel, que se ve ante ‘—una gran multitud, la cual ninguno podía contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en presencia del Cordero de Dios, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos’ (Revelación de Jesús, 7:9). Nada más y nada menos, multitud constante de la Visión de los Glorificados, que ocurre, antes que todo, en el Cielo”.
Incluso en el mismo pasaje del Libro de las Profecías Finales (que consta del capítulo 7) se encuentra la respuesta de cómo podemos también ser parte de este Rebaño Ecuménico del Cristo. Registra Juan, el Evangelista Profeta, en los versículos 13 y 14:
“Uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido? Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que vienen de la gran tribulación, y han lavado sus ropas y las han blanqueado en la sangre de Cristo Jesús”.
La sangre del Cristo representa su ejemplo de sacrificio y de donación a la humanidad, por lo tanto, lavar nuestras ropas es revestirnos de este ejemplo de Amor y de cuidado por los demás, por lo tanto, nuestras buenas obras.
De esa manera, vemos que el Rebaño Ecuménico profetizado por Jesús se compone de diferentes contextos culturales, económicos, étnicos, religiosos, etc., que se rige por esa máxima de la convivencia fraterna. Al enseñarnos el Padre Nuestro, el Educador Celestial reveló que #somostodosHermanos, hijos del mismo Creador, que fue revelado como Amor (Primera Epístola de San Juan, 4:8).
Los jóvenes de la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo lo invitan a participar, también en este debate, sobre el último libro de la Santa Biblia, el Apocalipsis de Jesús. Escriba a: espanol@boavontade.com.
Consulte también otros artículos del escritor Paiva Netto acerca de las profecías finales: www.paivanetto.com/es.
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¹ Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo: También denominada Religión del Tercer Milenio y Religión del Amor Universal. Se trata de la Religión Ecuménica de Brasil y del mundo.
² Ecumenismo de los Corazones: El término se refiere a uno de los cuatro pilares del Ecumenismo, conceptuados por el Presidente Predicador de la Religión Divina. Ellos son: “Ecumenismo Sin Restricción” y “Ecumenismo Total” expresiones creadas por Alziro Zarur y explicitadas por Paiva Netto; “Ecumenismo de los Corazones” y “Ecumenismo Divino”, definiciones de Paiva Netto esclarecidas igualmente por él.
³ Nota del autor: “En el Cielo de la Tierra y en la Tierra —¿Por qué en ese orden? Simplemente porque, como siempre digo, el gobierno de la Tierra comienza en el Cielo. El que quiera entender mejor lea el Tratado del Espiritualmente Revolucionario Nuevo Mandamiento de Jesús” y medite sobre él.