Suicidio infantil — ¿Cómo prevenir y proteger a nuestros niños?

João Carlos de Carvalho
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07/10/2014 | Martes | 18:00 horas

Imaginemos la siguiente escena: un niño triste y pensativo, sentado al borde de la ventana de una casa, confabulando consigo mismo una situación aparentemente inofensiva, que por sí sola expresaría la idea de alguien que piensa en el próximo juego del día. Podría pasar desapercibido que alguien tan chico esté en realidad, enfrentando a un gran desafío en su vida, una sensación profunda de la soledad.

Aquello que podría ser solo una escena común se interrumpe de forma trágica: el niño está estresado y depresivo — un caos interior causado por sentimientos de soledad, conflictos en familia, entre pares, en el aula — y comete el bárbaro acto del suicidio, quitándose la propia vida, que apenas comenzaba allí en el plano material. Lamentablemente, los suicidios ocurren en la infancia y no son pocos.

Las investigaciones muestran que la tasa de suicidios en el grupo de edades entre los 6 y 14 años ha aumentado considerablemente en todo el mundo, y la causa más común es la depresión infantil. Según una serie de estudios publicados en el periódico "Lancet", entre los jóvenes, la tasa de suicidios se multiplicó por diez desde 1980 al 2000: de 0,4 a 4 a cada 100 mil personas. La serie también informó que los adolescentes evitan buscar ayuda por miedo a estigma y que los rumores sobre sus pensamientos suicidas se propaguen por la escuela. Por lo tanto, requiere de mucha atención para notar los signos de la depresión, que no se trata solo de una tristeza eventual, sino de un estado más profundo, que lleva tiempo para superar y que necesita ser identificado rápidamente para que se pueda evitar la tragedia del suicidio. La depresión requiere atención médica y con el apoyo de la religiosidad puede ser superada.  

El papel de todos nosotros

El cuadro requiere atención, cariño y afecto por parte de padres, tutores, educadores y la sociedad en general. Atención porque en general muestran señales de lo que están a punto de cometer: el desinterés y la apatía, bajo rendimiento escolar, dificultades en las relaciones con la familia y los amigos, la baja autoestima, la introspección continua, entre otros. No siempre los hijos, cuando dicen o sugieren algo, están tratando de llamar la atención, como a veces imaginamos. Por lo tanto, debemos acogerlos y guiarlos como guardianes que somos.

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Actuar preventivamente ha sido siempre la manera más segura y efectiva para resolver cualquier desafío. Necesitamos constantemente hablar con los niños y los jóvenes, ayudándoles a comprender el significado espiritual de su existencia, presentarnos como los que siempre apoyan, ayudándoles a saber cómo hacer frente a la adversidad.

Sobre este tema, escribe Paiva Netto, presidente predicador de la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo*, en el artículo Ansiedad infantil: "En un mundo con frecuencia regido por la inmediatez, donde, cada día, las exigencias sociales nos impone creciente disputa por un lugar en el sol, el estrés encuentra un terreno fértil para proliferar. No solo los adultos se convierten en víctimas de lo que se considera uno de los males de la modernidad. También nuestros niños viven una situación similar... tienen la vida cada vez más parecida a la nuestra: llena de compromisos y tareas. No tienen espacio adecuado para ser niño". Y también, en el artículo Homenaje a los padres, él registra: "Que nuestros hijos estén bien vestidos, alimentados, nutridos, medicados cuanto fuese necesario. Pero, sobre todo, protegidos de las malas influencias psíquicas y espirituales, que fatalmente resultan de los males físicos y sociales".

Para que nuestros niños vivan felices y seguros y establecer esta protección es fundamental enseñarles a cuidar su Alma. Enseñarles a orar, a contar con la presencia de su Ángel de la Guardia. Enseñarles a encontrar la Paz incluso durante las dificultades, confiando en Jesús y comprendiendo las situaciones a la Luz de Su mensaje Divino. Demostrar a los niños el peligro de traer al hogar, películas, juegos, entretenimientos y actitudes que refuerzan la violencia y el miedo. Necesitamos, como bien concluye Paiva Netto, enseñar a los niños a defenderse.

La vida continúa

Alziro Zarur (1914-1979), inolvidable proclamador de la Religión del Amor Universal, afirmaba que "el suicidio no resuelve las angustias de nadie". Es importante que nuestra familia sepa que nadie debe quitarse la propia vida, sea quien sea, niños, jóvenes, adultos o mayores, ya que este acto no traerá ninguna solución a las tragedias vividas. Por el contrario, acarreará problemas aún mayores porque somos seres inmortales, como nos enseña la Religión del Tercer Milenio, y continuaremos nuestro viaje en el otro lado de la existencia, además de la pesada carga de haber dejado la vestimenta material antes de tiempo. Para ello, un tiempo largo y doloroso será necesario para rehacer el Alma en deuda con la misericordiosa Ley de la Vida, que Dios creó. En el caso específico de los niños, que sin duda necesitan la ayuda de sus padres, porque es su deber ante el Cristo de Dios, Jesús, protegerlos y amarlos.

A los que han regresado al Mundo Espiritual, víctimas del acto de suicidio, en cualquier circunstancia, debemos dedicar nuestras oraciones y peticiones sinceras al Divino Amigo de la Humanidad para que Él los proteja, socorra y ampare, reanudando su vida, hacia la evolución de su Espíritu eterno.

Por tanto, el mensaje de la Religión de Dios es resistir a la desesperación y enseñar a nuestros niños a resistir también, por peor que parezca el camino que estamos caminando. Jesús siempre está a nuestro lado y nos inspira con las mejores ideas, pensamientos y actitudes, porque fue Él mismo quien aseguró: "Venid a mí todos vosotros que estáis cansados y oprimidos y Yo os haré descansar" (Evangelio del Divino Amigo según San Mateo, 11: 28). Debemos perseverar siempre y pedir Su ayuda. Pues, ¡Él siempre vendrá!

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*Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo: También denominada Religión del Nuevo Mandamiento de Jesús, Religión del Tercer Milenio y Religión del Amor Universal. Se trata de la Religión Ecuménica de Brasil y del mundo.

Versión: Heriberto Fleitas
Revisión: Luci Teixeira

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