3 consejos sobre cómo educar a sus hijos para el Bien
La rutina llena de actividades y compromisos, las dificultades financieras, en fin, situaciones comunes del quehacer diario, pueden impedir que usted dé la atención necesaria a los pequeños que usted tanto ama. O, también, consumir el tiempo que dispone para seguir de cerca su desarrollo.
Por esto, si usted es madre, padre o responsable por un niño, es muy probable que frecuentemente se pregunte cómo educar a sus hijos de la mejor manera posible.
Cuando se piensa sobre ese asunto, se le puede ocurrir que proporcionarles una educación de calidad, cursos —que son importantes— sea lo suficiente. Pero, ¿cómo cuidarlos e instruirlos en el camino de los buenos valores? Y más: ¿cómo enseñarlos a lidiar con los problemas de hoy y las que un día vendrán?
Realmente, en todas las instancias de la vida el niño tendrá que enfrentar desafíos. Ante esto, ¿dónde encontrar un apoyo eficaz para llenar las lagunas que nunca nos gustaría dejar en la educación de los niños? A continuación, le mostraremos nuestros 3 consejos sobre cómo educar a sus hijos.
1. Incentivo a la religiosidad
Nuestro primer y precioso consejo de cómo educar a sus hijos es promover ese sentido de religiosidad en el niño. Comprenda que aquí no hablamos estrictamente en religión, pues la religiosidad existe independientemente de profesar alguna tradición religiosa.
Ella “es inherente al individuo, aun cuando él se declara ateo”, esclarece la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo1. Lo que despierta ese sentimiento que nace con el ser humano es fraternidad, solidaridad, empatía, respeto, entre otros tantos buenos valores.
En fin, en un mundo con tantos problemas, ¿quién no quiere tener hijos justos, honestos, felices y contribuyendo para que las personas encuentren la felicidad verdadera?
El famoso rey Salomón recomendó, en el libro de Proverbios, 22:6:
“Enseña al niño a seguir fielmente su camino, y aunque llegue a anciano no se apartará de él”.
Es decir: cuando su hijo recibe una educación basada en las Enseñanzas Divinas, la probabilidad de que sea un adulto más consciente de sí mismo y que haga la diferencia en el mundo será mucho mayor.
El ejercicio de la religiosidad incentiva también a los pequeños a protegerse, ya que se sienten fortalecidos y aprenden que no pueden, ni deben, aceptar lo que es malo (tanto para él como para los otros). No por gusto, el educador José de Paiva Netto, Presidente Predicador de la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo, afirma:
“La estabilidad del mundo comienza en el corazón del niño. Protegerlo es creer en el futuro”.
Presentado este primer consejo, vea los dos próximos que fortalecen y ejemplifican cómo vivir este sentido de religiosidad en el quehacer diario de su familia.
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2. Acceso al Conocimiento Divino
En Su Santo Evangelio, según San Mateo, 19:14, Jesús, el Cristo Ecuménico, el Divino Estadista, advirtió:
“Dejen a los niños venir a mí, no se lo impidan, porque de ellos es el Reino de los Cielos”.
Entre otras enseñanzas, esto significa decir que los niños también merecen y necesitan acceder al conocimiento espiritual divino. Sin embargo, el niño no conseguirá hacerlo por sí mismo.
Por lo que les corresponde a las madres, a los padres, a los abuelos y a los responsables orientarlos, dejarlos ir al Cristo, es decir, a todo lo que Él representa: respeto, generosidad, humildad, confianza en hacer lo que es correcto y en sí mismo.
Ese desarrollo también trae bienestar a los niños, conforme verificó el estudio Concepciones acerca de la Religiosidad: la Perspectiva del Niño. Y la satisfacción individual es un factor importante para atribuir un mayor significado a su vida. Otros estudios también muestran que, al experimentar esa felicidad, los niños tienen más facilidad para aprender.
Y para poner en práctica este consejo sobre cómo educar a sus hijos, nuestra sugerencia es que se cree en casa el hábito de lectura, películas, músicas, juegos, entre otros, que enaltezcan los buenos valores. Realice también, la lectura y el estudio del Evangelio y del Apocalipsis de Jesús y la práctica de la Oración (nuestro próximo consejo).
En la Religión del Tercer Milenio, sugerimos que este momento se realice por lo menos una vez a la semana, siempre en el mismo día y horario. ¡Haga ese ejercicio! Al promover el conocimiento de los asuntos Divinos, usted también percibirá armonía y mejor integración entre todos en la familia.
3. Ejercicio de la Oración (oración, rezo, meditación)
El ejercicio de orar, rezar, meditar (porque la Religión del Tercer Milenio proclama que todos se asemejan) es una gran fuerza para ayudar a sus hijos a apartarse de los males del mundo. Ellos podrán decir no a todo lo que les hace mal a ellos y a los demás.
Explíquele al niño que es posible hablar con Dios, la Energía Superior a todos los problemas humanos. Esto les dará una gran autonomía, pues les enseña que pueden buscar fuerzas en los momentos difíciles y también a agradecer, mismo cuando tengan dificultades.
Quien enseñó que es posible hablar con Dios fue el Cristo al proferir la Oración Ecuménica del Padre Nuestro (Evangelio, según San Mateo, 6:9 a 13). Y en ese ejercicio, el niño puede pedir por él, pero también por sus familiares y amigos, desarrollando en sí la generosidad.
Esos son los 3 consejos sobre cómo educar a sus hijos para el Bien. Vale la pena invertir en ellos y notar los beneficios. Y como prueba de que los niños son capaces de entender esas enseñanzas y que ellas hacen la diferencia en sus vidas, vea tres relatos que seleccionamos para usted.
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1 Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo: También denominada Religión del Tercer Milenio y Religión del Amor Universal. Se trata de la Religión Ecuménica de Brasil y del mundo.
