Orar es una práctica esencial para todos, incluso para los niños. Desde pequeños es importante que aprendan a protegerse de los desafíos del mundo y a comunicarse con Dios, buscando protección y orientación para vivir seguros y felices.
La Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo, siguiendo las enseñanzas de Jesús en Su Evangelio y Apocalipsis, fomenta siempre el ejercicio de la oración.
Aunque la oración sea valiosa en todos los momentos de la vida, destacamos su importancia en algunas situaciones específicas:
Al despertar: para recibir la fuerza necesaria e iniciar el día con las bendiciones de Jesús.
Antes de las comidas: expresando gratitud por el alimento diario.
Antes de dormir: pidiendo protección para una noche tranquila de sueño.
Pero, sobre todo, la oración es necesaria siempre que necesitamos abrir nuestros corazones en una conversación sincera con nuestro Padre. Ella se convierte en un refugio seguro en todos los momentos en que el corazón esté triste y los pensamientos estén turbulentos.
Es Jesús, el Cristo Ecuménico, el Divino Estadista quien nos orienta:
Pidan, y Dios les dará; busquen, y encontrarán [el Bien]; llamen, y la puerta les será abierta. Porque todo aquel que pide, recibe de Dios; y el que busca encuentra [el Bien]; y al que llama, la puerta le será abierta (Evangelio de Jesús, según San Mateo, 7:7 y 8).
De esta manera, a través de la sintonía de la Oración, es posible llegar al corazón de Jesús, pidiendo Su ayuda y amparo.
Vivimos tiempos cada vez más desafiantes, y los niños, conscientes de lo que sucede a su alrededor, necesitan también saber buscar la oración como instrumento valioso que les proporcione seguridad personal e integración. Sabiendo que, por más grandes que sean los desafíos que enfrenten, estarán seguros de que no están solos.
El Hermano Paiva, Presidente Predicador de la Religión del Tercer Milenio, aclara que:
El secreto de la seguridad personal en el final de los tiempos es precisamente que estemos integrados en la Ley Divina, expresada en la Tierra por Jesucristo, que es Dios en nosotros.
La oración que realizaremos ahora es la Oración del Conductor. Su enseñanza trasciende la seguridad en el tránsito; es una inspiración para la vida. Enseñar a los niños a pedir la orientación de Jesús, con amor y gratitud, es brindarles Su presencia en la jornada, guiándolos por el camino del Bien. Como Amigo, Él estará al lado de nuestros pequeños, protegiéndolos de los peligros que puedan existir.
Llame a los niños de su casa —hijos, nietos, sobrinos, ahijados etc.— para que oremos juntos esta Oración de gran fortaleza Espiritual.
ORACIÓN DEL CONDUCTOR
Extraída de la revista BUENA VOLUNTAD No 26, de agosto de 1958, la oración se hizo famosa en la interpretación de Alziro Zarur (1914-1979), inolvidable Fundador de la LBV y Proclamador de la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo, en sus programas de radio.
Jesús,
quiero que seas
la Luz de mis ojos,
¡para que vea siempre el camino correcto!
El Guía de mis brazos,
¡para que me dirija siempre hacia el Bien!
La Fuerza de mi vida,
¡para que resista a la lucha diaria por el pan!
Mi Amigo constante,
¡para que sirva a todos con
Buena Voluntad!
El Amor de mi corazón,
¡para que yo ame a todos como a mí mismo!
Que la Paz de Dios ilumine nuestros
caminos.
¡Y viva Jesús en nuestros corazones para siempre!
Fuente: Revista ¡JESÚS ESTÁ LLEGANDO! (edición 137, junio de 2020, en portugués)