La oración: un acto que transforma

Jéssica Botelho
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02/10/2014 | Jueves | 17:30 horas

Durante nuestra vida, ¿cuántas veces nos deparamos con serios problemas que no podemos ni siquiera revelar a nuestro mejor amigo? ¿Qué hacer con ellos? Para muchos, la respuesta está en la oración. 

Para expresar esa relación del ser humano con la oración, el Presidente Predicador de la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo*, el escritor y periodista Paiva Netto, a partir de improvisaciones proferidas por él hace décadas, afirmó: “La oración no es el refugio de los cobardes ni de los ociosos. Ella nos eleva, el trabajo nos realiza”.

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Lea también lo artículo de Paiva Netto: La fuerza de la oración

La Ciencia al encuentro de la Fe

El acto de orar, siempre presente en las más diversas culturas, se volvió objeto de investigación y sus beneficios empiezan a ser comprobados por la Ciencia. El Dr. Alexis Carrel (1873-1944), Premio Nobel de Medicina y Fisiología (1912), famoso autor de El hombre, ese desconocido, escribió al respecto:

“La oración es (...) la forma de energía más poderosa que el hombre es capaz de generar. Se trata de una fuerza tan real como la gravedad terrestre. En mi condición de médico, he visto enfermos que, después de intentar sin resultado otros medios terapéuticos, lograron liberarse de la melancolía y de la enfermedad, por el sereno esfuerzo de la oración. Es ésta, pues, en el mundo, la única fuerza que parece capaz de superar las llamadas ‘leyes de la naturaleza’. Existen muchas personas que se limitan a ver en la oración (...) un refugio para los tímidos, o el mero apelo infantil movido por el deseo de cosas materiales. Concebirla, en estos términos, es menospreciarla erróneamente. (...) ‘Nadie jamás rezó’, dijo Emerson (1803-1882), ‘sin que hubiera aprendido algo’. (...) El más profundo manantial de energía y perfección, que se encuentra a nuestro alcance, ha sido miserablemente abandonado. (...) Si la fuerza de la oración es puesta en acción en la vida de hombres y mujeres; si el espíritu proclamara sus designios claramente, invictamente, entonces habrá confianza en que no serán en vano nuestros anhelos de un mundo mejor”.

Oración que aproxima a los pueblos

André Fernandes

Por creer en la importancia de la oración (y en sus efectos beneficiosos para la vida), desde sus raíces, en la década de 1940, las Instituciones de la Buena Voluntad (de la que forman parte la Legión de la Buena Voluntad, la Religión del Amor Universal y la Fundación José de Paiva Netto) han incorporado a la programación radial brasileña una actitud pionera, al formar la Poderosa Cadena Ecuménica de Oraciones. En sus transmisiones diarias, el inolvidable Proclamador de la Religión del Tercer Milenio, conductor de radio, periodista y poeta brasileño, Alziro Zarur (1914-1979), argumentaba: “¿Quién no tiene algún sufrimiento? ¿Quién no llora una lágrima secreta?”. Personas de todas las religiones, nacionalidades y tradiciones pueden participar de esta cadena incluyendo los nombres de sus seres queridos, familiares y amigos, con el fin de recibir las buenas energías que vienen de la oración.

Al comienzo de sus actividades, las Instituciones de la Buena Voluntad también invitan a las personas para un minuto de silencio, seguido de una oración ecuménica; así como hace en sus medios de comunicación (Super Red Buena Voluntad de Radio y Boa Vontade TV), que transmiten una palabra de paz al inicio de cada hora de transmisión. 

Dedicamos a su corazón la oración referida por el escritor Paiva Netto en su artículo Vencer el sufrimiento del cuerpo y del Alma

“La Oración Ecuménica de Jesús

"A ustedes, estimados lectores, les dedicamos el admirable rogativa que Jesús nos legó, como una invitación a la reflexión en los momentos de angustia. (...) Cualquiera puede orar el Padre Nuestro. Éste no se limita a ninguna creencia. Se trata de una oración universal, acorde con el abarcador Espíritu del Cristo. Cualquier persona, incluso atea (¡¿por qué no?!), puede proferir sus palabras sin sentirse cohibida. Es el hijo que se dirige al Padre, o es el Ser Humano a dialogar con su elevada condición de criatura viviente. Es la Oración Ecuménica por excelencia: 

“Padre Nuestro (o lo que diría el Hermano Ateo, ¡oh, mi conciencia que paira en la altitud de mi ideal!), que estás en el Cielo (y en todas partes al mismo tiempo), santificado sea Tu Nombre. Venga a nosotros Tu Reino (de Justicia y de Verdad). Hágase Tu Voluntad (antes que nuestra voluntad, mientras no aprendamos a tenerla correctamente) así en la Tierra como en el Cielo. El pan nuestro de cada día dánoslo hoy (además de aquel que sustenta el cuerpo, necesitamos del transustancial, la comida que no perece, el alimento para que el Espíritu no esmorezca). Perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a nuestros ofensores. No nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal, porque Tuyo es el Reino, y el Poder y la Gloria para siempre. ¡Amén!”.

La Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo entiende que la oración no debe ser un acto aislado; es un momento más introspectivo, acompañado de buenas realizaciones. Alziro Zarur afirmaba en sus sermones radiales que el hombre fue creado de tal forma que sólo podrá ser feliz practicando el Bien. Por esto, la Institución dedica su solidaridad a las víctimas de las catástrofes que suceden en todo el mundo. Son familias enteras que necesitan ropa y alimento (esenciales para el cuerpo), pero que carecen principalmente de la ayuda espiritual para que continúen su jornada en la Tierra con fe y esperanza. 

Incluya usted también su nombre y/o de sus seres queridos en la Sagrada Cadena Ecuménica de Oraciones y reciba vibraciones de paz y de esperanza que vienen del corazón de Cristo Ecuménico, el Divino Estadista. Para participar, haga clic aquí.

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* Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo: También denominada Religión del Nuevo Mandamiento de Jesús, Religión del Tercer Milenio y Religión del Amor Universal. Se trata de la Religión Ecuménica de Brasil y del mundo.

 

Traducción: Heriberto Fleitas
Revisión: Luci Teixeira

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