Aprendemos en la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo1, que los Ángeles de la Guarda son Espíritus Superiores que están al servicio de Jesús y que trabajan por el Bien de la Humanidad.
Ellos están presentes en nuestras vidas y nos inspiran a elegir correctamente, a enfrentar los desafíos con coraje y a vivir el Amor Divino en todos los momentos, como nos enseñó el propio Cristo de Dios.
Esos Ángeles —Divinidades Tutelares, Almas Benditas, Espíritus de Luz— están constantemente presentes en las narraciones bíblicas, sobre todo en el Apocalipsis de Jesús, último libro de la Santa Biblia. Solamente en el Libro de las Profecías Finales hay más de 80 citas hechas sobre estos dedicados Amigos del Mundo Espiritual.
Allí, San Juan, el Evangelista Profeta, pudo describir una conexión muy fuerte entre la trayectoria de la Humanidad y el Mundo Espiritual Superior, mostrando la compañía de los Ángeles de la Guarda para el cumplimiento de los hechos proféticos.
Ellos dialogan con nosotros y trabajan para avisarnos de las consecuencias de nuestras acciones: buenas o malas.
Además, fue un Ángel quien entregó el último libro del Canon Sagrado a San Juan:
“La Revelación de Jesús, el Cristo, que Dios Le dio para manifestar a Sus siervos las cosas que deben suceder pronto, y que Él, enviándolas por medio de Su Ángel, notificó a Su siervo San Juan, el que testificó la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo, sobre todo lo que vio” (Apocalipsis, 1:1 y 2).
+ ¡Buscar la protección de los Ángeles de la Guarda y de los Espíritus de Luz!
Conforme vemos en el Apocalipsis, los Ángeles siempre aparecen trabajando, realizando alguna actividad en beneficio de la existencia humana. Por lo tanto, no intervienen por casualidad, ni intromisión, sin invitaciones.
“Después de esto vi a cuatro Ángeles de pie en los cuatro extremos de la tierra, que detenían los cuatro vientos, para que no soplara viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar ni sobre ningún árbol" (Apocalipsis, 7:1).
La Religión del Tercer Milenio nos esclarece que esa ayuda espiritual tiene un propósito pedagógico Divino, manifestando el testimonio de Amor del propio Cristo de Dios por la Humanidad.
Por este y otros ejemplos, José Paiva Netto, Presidente Predicador de la Religión del Amor Universal, denomina a Jesús como el “Cristo Ecuménico, el Divino Estadista”, y destaca que el Divino Maestro es el “mejor Ángel de la Guarda”.
Por esto es tan necesario darle la debida importancia al Libro de la Revelación, que el Divino Maestro ofreció a la Humanidad. Paiva Netto, uno de los mayores estudiosos del Apocalipsis en la actualidad ilustra la magnitud espiritual de esta obra:
“No se trata de un libro fundamentado sobre elucubraciones humanas, sino basado en una Revelación de Dios Padre, mediante el testimonio del Cristo (Hijo), que se vale por intermedio de un Ángel, que, sabemos, forma parte del Espíritu Santo, es decir, de aquel espléndido colectivo de seres evolucionados que sirven a Jesús en Su gobierno del planeta Tierra, que Él creó, como ya estudiamos, por orden del Padre Supremo” (texto extraído de su obra Las Profecías sin Misterio, que integra la colección Apocalipsis de Jesús para los Simples de Corazón).
Dos advertencias de las Profecías de Profunda Felicidad
En el Apocalipsis, los Ángeles también anuncian tiempos difíciles para la Humanidad. Se trata de una tarea nada fácil pues, a pesar de todo el esfuerzo por ayudarnos, ellos no pueden interferir en nuestro libre albedrío.
Sin embargo, el libro profético no vino para causarnos temor ni engaños. Si conducimos nuestras actitudes dentro de las Leyes de Dios, vislumbraremos tiempos de victoria y superación, honestidad, respeto, una realidad más fraterna y justa para todos.
Y con seguridad los Ángeles de Dios sienten felicidad de participar de ocasiones como esta:
“Entonces vino a mí uno de los siete Ángeles que tenían las siete copas llenas de los siete últimos flagelos, y habló conmigo diciendo: Ven acá y yo te mostraré la novia, la esposa del Cordero de Dios; y él me transportó, en Espíritu, a una grande y elevada montaña, y me mostró la ciudad santa, Jerusalén, que descendía del cielo, de parte de Dios, la que tenía la claridad del propio Dios. Su fulgor era semejante a una piedra preciosísima, como piedra de jaspe cristalina” (Apocalipsis, 21:9 al 11).
Esa descripción inspiradora nos motiva a vivir en nuestro quehacer diario esos ideales y contribuir a construir esa realidad. Contemos con el apoyo y la intuición de nuestros Ángeles de la Guarda para mejorar nuestras actitudes. Y sepamos dar la debida atención a lo que el Cristo nos reveló en Su Apocalipsis.
“El último Libro de la Santa Biblia es profecía pura, no amenaza. Se trata de una Revelación para luchar contra la ignorancia espiritual de los seres humanos; por lo tanto, no es un enigma indescifrable. Y ese Divino Precepto, ya lo vimos en los versículos iniciales (Apocalipsis, 1:1), vino de Dios por intermedio del Cristo y del Espíritu Santo, este que es un conjunto de Almas Benditas que ayudan en la administración del planeta, del que Jesús seleccionó a un Ángel para traer a San Juan Su fraterna advertencia a las naciones. Por esto, debe ser llevado a la altura de la seriedad que tiene, y no tenido como un chiste, una novela, un cuento de terror. Todo lo que en él está descrito sucederá en su totalidad”, advierte Paiva Netto en su libro Jesús, el Dolor y el origen de Su Autoridad — el Poder del Cristo en nosotros.
Los jóvenes de la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo lo invitan a participar, también en este debate, sobre el último libro de la Santa Biblia, el Apocalipsis de Jesús. Escriba a: espanol@boavontade.com.
Consulte también otros artículos del escritor Paiva Netto acerca de las profecías finales: www.paivanetto.com/es.
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1 Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo: También denominada Religión del Tercer Milenio y Religión del Amor Universal. Se trata de la Religión Ecuménica de Brasil y del mundo.