Le invitamos a leer este contenido, que, desde la Espiritualidad Ecuménica, nos ayuda a reflexionar sobre cómo combatir el racismo. ¡Buena lectura!
Es importante comenzar destacando que la lucha antirracista es antigua y sigue siendo necesaria. A continuación, algunos ejemplos de la historia.
Maria Firmina fue una escritora brasileña. Es considerada la primera novelista negra de Brasil y, durante mucho tiempo en la historia, fue olvidada por la obra que produjo o por otras cosas que hizo. Escribió un libro llamado Úrsula para denunciar los males de la esclavitud en el siglo XIX y para mostrar que los negros deben ser tratados con dignidad.
Rosa Parks se convirtió en un ícono en la lucha por la igualdad racial y contra el prejuicio en los Estados Unidos. Enfrentó la segregación racial en los autobuses de los EUA, que, en aquella época, obligaba a los negros a ceder sus asientos a los blancos, su actitud, por más simple que pueda parecer, significó la ruptura del abuso de la crueldad del racismo.
José do Patrocínio fue un farmacéutico, periodista, escritor, orador y activista político brasileño. Se destacó como una de las figuras más importantes del movimiento abolicionista en el país. Creó un periódico llamado Cidade do Rio (Ciudad del Rio) para denunciar la esclavitud y luchó por su fin.
Luiz Gama fue un abogado, abolicionista, orador, periodista y escritor brasileño y el Patrón de la Abolición de la Esclavitud en Brasil.
El pastor Martin Luther King Jr. (1929-1968), destacado luchador por la igualdad de derechos civiles en Estados Unidos realizó muchas cosas por el fin de la segregación racial. Pero la famosa marcha en la ciudad de Selma quedó marcada en la historia debido a la lucha por el derecho al voto de la comunidad afroamericana en el Estado de Montgomery.
Valorización del Ser Humano
El educador Paiva Netto, Presidente Predicador de la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo, en sus textos y predicaciones, desde la década de 1980 ya denunciaba el racismo, clasificándolo como obscenidad, y comparándolo con el apartheid de Sudáfrica, incluso con sus especificidades, diferente, dando voz a las agendas sociales y presentando a Jesús, el Libertador Divino, como Divina referencia para este debate, reflexión y acciones para erradicar el racismo.
Por ello, este muy noble mensaje de Paiva Netto abre nuestra reflexión y muestra la posición de la Religión Divina en la valorización del ser humano y de su Espíritu Eterno:
La ausencia del espíritu solidario está minando a la humanidad. Es necesario erradicar el racismo de una vez por todas, porque desde de su interior vienen todos los tipos de persecución más oscuros que dificultan el establecimiento de la Paz en el planeta. Todos unidos, sin desanimarnos, tenemos que cambiar este vergonzoso cuadro. Estamos en contra del racismo, porque luchamos, sobre todo, por la dignidad del ser humano. (los destaques son nuestros)
En este contexto, destacamos que el Cristo siempre envía a la Tierra, misioneros y misioneras valientes para erradicar este cáncer social llamado racismo, así como para despertar a la sociedad en sus diversas áreas de actuación (como vimos en los ejemplos anteriores) para poner fin a la violencia contra los seres humanos y a la herencia cultural de la esclavitud.
Sigamos leyendo…
¿Es el racismo un problema del pasado o todavía hiere a la sociedad en la actualidad?
El racismo es la expresión de la imperfección humana, que necesita reeducarse y mejorar en la Tierra y en el cielo de la Tierra.
El racismo aún existe, por eso debemos posicionarnos y tomar acciones efectivas para cambiar esta triste realidad. “¿Las personas presencian el racismo?” “¿Qué hacen?” “¿Se quedan calladas?” “¿Actúan?” “¿Reaccionan?” “¿Se molestan?” “¿Lloran?” “¿Son indiferentes?”
Darse cuenta de que el racismo existe demuestra que necesitamos mejorar y tomar medidas eficaces, sabias y contundentes para cambiarlo. La investigación también muestra que algunas personas no están de acuerdo con esto. Discrepar forma parte del debate democrático, pero nuestra postura nunca será de omisión.
La lucha contra el racismo es individual y colectiva. Individual en lo que cada ser humano puede hacer para mejorar su mundo personal y el universo del que forma parte. Y colectiva, porque necesitamos crear leyes, proyectos, productos, series que ayuden a las personas a identificar el racismo en la sociedad y, de hecho, combatirlo.
¿Qué es el racismo?
El racismo es un sistema de opresión estructurante de las sociedades. A través de la creación de una jerarquía entre los grupos raciales, establece privilegios políticos, económicos, sociales y simbólicos para un grupo en perjuicio de los demás. También se puede definir como un sistema ideológico de hegemonía racial.
El racismo está en las palabras y acciones del ser humano cuando menosprecia, persigue, mata, hiere la etnia, la religión, la cultura, el color, la tradición, la nacionalidad, en fin, cuando menosprecia lo que es diferente.
Comprender cómo el racismo está en los engranajes de la sociedad ayuda al ser humano a comprender esta problemática y también a reflexionar y actuar ante una situación tan compleja.
Muchas personas e instituciones se han comprometido con acciones antirracistas, además de palabras, necesitamos acciones.
Hay personas que fundan escuelas para valorar la diversidad, otras crean campañas en los autobuses para concientizar a la población; hay quienes organizan marchas y denuncian el racismo; algunas componen letras de canciones y ayudan a las personas a reflexionar sobre el tema, otras realizan investigaciones para entenderlo científicamente a través de datos y preguntas profundas y pertinentes.
Los frentes de acción son amplios, no podremos mencionar todos, pero en la lucha antirracista hay mucha gente comprometida.
El educador Paiva Netto contribuye al debate ayudándonos a comprender qué es el racismo, las consecuencias sociales, morales y espirituales de este tema y también tomando posición frente a un tema tan pertinente y actual. En su artículo “El racismo es obscenidad”, nos explica:
El racismo es obscenidad (así como los prejuicios sociales, de género, religiosos, científicos o de cualquier otro tipo). Eso mina no solamente los esfuerzos de los negros, sino de los blancos pobres, de los indígenas, de los inmigrantes... Se trata también de una discriminación social. La ausencia del espíritu solidario está minando a la humanidad. Es necesario erradicar el racismo de una vez por todas, porque desde de su interior vienen todos los tipos de persecución más oscuros que dificultan el establecimiento de la Paz en el planeta. Todos unidos, sin desanimarnos, tenemos que cambiar este vergonzoso cuadro. Estamos en contra del racismo, porque luchamos, sobre todo, por la dignidad del ser humano.
Para superar el racismo, necesitamos solidaridad y posicionamiento activo y eficaz. Solidaridad con el dolor de quienes sufren y posicionarse para defenderse del racismo, castigar a los insensibles dentro de las normas de la legislación, invertir en la reeducación, además de discutir el tema desde la perspectiva social, así como desde la espiritual, construyendo acciones en el hogar, en la escuela, en las iglesias, en el barrio, en la comunidad, para actuar en un tema tan sensible y relevante.
¿Cómo combatir el racismo?
Para ello, necesitamos preguntarnos: ¿Cómo ser antirracista todos los días?
¿Qué es el antirracismo? Según el diccionario online, “Postura o ideología del que se opone al racismo: campaña publicitaria antirracismo”.
En Jesús, las lecciones para ser antirracistas
Citaremos algunos versículos bíblicos en los que Jesús nos invita a ser audaces en el Bien.
Jesús problematiza la audacia de los apóstoles de Dios al decir: “(…) los hijos de la Tierra son más sagaces que los hijos de la Luz.” (Evangelio de Jesús, según San Lucas, 16:8).
Para combatir el racismo, necesitamos ser audaces en el Bien, como nos enseña la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo. No podemos ser tímidos, cobardes y omisos. El racismo sigue siendo una semilla cultivada en muchos corazones, por lo que es necesario erradicarla, extirparla de la sociedad.
Jesús espera que actuemos en el Bien, incluso desarmando nuestro corazón para que no promovamos este o cualquier otro tipo de falta de respeto hacia el prójimo.
En la Carta de Jesús a la Iglesia en Laodicea, Él nos ilumina con sabiduría y advertencia:
15 Yo sé todo lo que haces, y sé que no eres frío ni caliente. ¡Cómo quisiera que fueras frío o caliente!
16 Pero como eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. (Apocalipsis de Jesús, 3:15 y 16).
El tibio no actúa para mejorar. ¡Que no seamos encontrados ni sintonizados con él! Lo caliente para Jesús es el que vive Sus lecciones de Amor y Justicia, sin permanecer apático ante tan tristes realidades.
El Sabio de los Milenios valora a quienes actúan y trabajan por la Paz de Dios, la victoria contra el racismo: “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios”. (Evangelio de Jesús, según San Mateo, 5:9).
Los pacificadores actúan, trabajan, construyen, reeducan, perseveran, construyen la Paz de Dios en los corazones, quitando el racismo del corazón y combatiendo este estigma social, moral y espiritual.
+ Carta de Jesús a la Iglesia en Laodicea
Algunos consejos para ser antirracistas:
a) La tecnología ayuda a identificar y combatir el racismo.
b) Conocer la legislación sobre el tema y hablar sobre ella y su aplicación.
c) Si uno de los pilares del racismo es considerarse superior al otro por diferentes razones, necesitamos deconstruirlo con conocimiento espiritual, histórico, científico y todo lo que enriquezca la discusión. El potencial de cada ser humano no está en el color de su piel, está en las oportunidades que recibe y aprovecha. Ante Dios, todos tenemos el mismo potencial.
d) Las denuncias sobre racismo nunca deben considerarse una molestia. ¡Este es un tema muy serio! Lo que está mal hay que castigarlo, corregirlo, para que no vuelva a suceder. La omisión o la indiferencia no contribuyen al debate.
e) Jesús nos inspira a ser activistas en el Bien. Jesús nos enseña a no subestimar el valor de los demás. Él nos enseña a reconocer sus cualidades y aprender de ellas. En el relato de la Parábola del Buen Samaritano (Evangelio de Jesús, según San Lucas, 10:25 a 37), sitúa a un ser humano como héroe por sus acciones de compasión, respeto y amparo. Los samaritanos y los judíos tenían diferencias políticas, sociales y religiosas. Jesús nos enseña a reconocer y valorar las cualidades del Espíritu en las diversas culturas en las que nace el Espíritu (el individuo).
f) Debemos incluir en nuestra rutina visitas a museos, espacios de Arte, cursos libres, películas, músicas, series de televisión, documentales y todos los lenguajes artísticos posibles que ayuden al ser humano a comprender la cultura de los demás y aprender a valorar y respetar esa cultura, aprendiendo a valorarla y respetarla.
g) Los padres deben hablar con sus hijos sobre el tema. De la misma manera que hablan del cuidado con la salud, de la importancia de una buena formación escolar para conseguir un empleo, también debemos hablar en familia de este tema. Si nos sentimos inseguros, es recomendable buscar ayuda de especialistas que puedan ayudarnos a aclarar y reflexionar sobre el tema.
h) Este tema debe ser debatido en las escuelas para que las nuevas generaciones puedan reflexionar sobre él, den su opinión y construyan proyectos de esperanza y respeto hacia el ser humano.
Son consejos, no fórmulas cerradas e inmutables. Las acciones antirracistas deben considerar el contexto de acción, estrategias para el público objetivo, lenguaje apropiado para los grupos de edad, capacidad de integración con los Ángeles Guardianes para inspirarnos argumentos y acciones en el Bien.
Por lo tanto, reflexionemos sobre “cómo combatir el racismo” en todas las situaciones y ámbitos de nuestra vida. Siempre hay algo que podemos hacer para mejorar y construir una sociedad más justa e igualitaria para todos.
¿Es una situación fácil y rápida? ¡Nunca lo fue! Pero podemos unir esfuerzos, darle la atención que merece, estudiar el tema, buscar conocimiento y prácticas asertivas.
Concluimos esta reflexión con las palabras del educador Paiva Netto publicadas en su libro Tesoros del Alma, página 34, titulada “La caída de las barreras étnicas”:
La influencia del mensaje redentor de Jesús nos libera del mayor de todos los cautiverios: la ignorancia de las Leyes Divinas que rigen el Universo. Una lectura atenta y ecuménica del Evangelio y del Apocalipsis, en Espíritu y Verdad, a la luz del Nuevo Mandamiento del Educador Celestial, nos ilumina la conciencia en ese camino. Cae por tierra la visión mediocre de supuestas barreras étnicas. El color de la piel jamás podrá calificar el Espíritu Eterno del ser humano, creado a la imagen y semejanza de Dios, que es Amor (Génesis, 1:27, y Primera Epístola de San Juan, 4:8). Por lo tanto, por amarnos con el Amor de Dios es que seremos calificados espiritualmente. Dijo Jesús en Su Evangelio, según San Juan, 13:35: “Mis discípulos serán reconocidos por lo mucho que se aman”. (los destaques son nuestros.)
Gratitud por las reflexiones traídas por el Hermano Paiva Netto, Presidente Predicador de la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo. Quienes luchan por el fin del racismo quieren ser reconocidos por vivir el Amor de Dios.
ATENCIÓN: ¡El racismo es un crimen!